El origen metafísico de las salas de escape

19 Ene El origen metafísico de las salas de escape

Las salas de room escape están más de moda que nunca. Más allá de pasar un rato divertido entre amigos resolviendo un determinado enigma, son una gran experiencia para los sentidos, además de un verdadero reto.

Hay muchísimas curiosidades entorno al sector que merece la pena conocer, como el origen metafísico de las salas de escape. Vamos a analizarlo al detalle.

Hay determinados profesionales, como, por ejemplo, un científico que se encuentre buscando una cura para una enfermedad con una alta tasa de mortalidad, o un actor a punto de estrenar su primera obra de teatro, que se enfrentan a situaciones muy tensas en su vida laboral. Son momentos en los que parece que el tiempo se detiene a su alrededor y su mente está concentrada únicamente en la tarea que van a realizar.

Aunque son profesiones muy diferentes, ambas tienen en común que los profesionales consiguen un estado de concentración máximo para desarrollar sus tareas; es lo que se conoce como fluir y consiste en un estado mental en el que la persona se encuentra totalmente inmersa en la tarea que está ejecutando en ese momento.

¿Cuál es el origen metafísico de las salas de escape?

En el room escape el equipo de personas se enfrenta a un gran reto que deben resolver sorteando todo tipo de dificultades. Si logran hacer frente a las adversidades y alcanzar el éxito, se genera un estado de satisfacción, conocido como la esencia de la felicidad.

Pues bien, aquí entra en escena el juego el escape room. Los jugadores tienen una serie de retos que superar para dar con la solución del enigma, y para resolverlos deben hacer un gran esfuerzo colectivo y mostrarse 100% concentrados en la tarea; sólo así consiguen resolver el enigma planteado con éxito.

El final tanto de los profesionales, antes mencionados, como de una sala de escapismo siempre es el mismo: el éxito. Esa sensación que recorre el cuerpo y la mente y lo invade todo; la satisfacción de haber logrado el objetivo y haber salido victorioso de la situación.

Así, en las room escape, todos los enigmas se diseñan con el concepto de fluir como eje central. Si el reto es demasiado complicado, los participantes se sentirán frustrados y con una gran ansiedad; mientras, si es demasiado sencillo, el resultado es una gran sensación de aburrimiento. Por lo tanto, lo ideal es encontrar el punto óptimo, en el que los jugadores se enfrenten a un gran reto, pero sin una dificultad desmedida.

En definitiva, este es el origen metafísico de las salas de escape. Actualmente existen decenas de planes de escapismo a disposición de los todos usuarios, cada uno de ellos con sus propios enigmas.

Una actividad que tiene a cada vez más personas enganchadas en todo el mundo ya que resulta sumamente adictiva, entre otras cosas, por el estado de flow que se disfruta. Además, al compartirla con amigos resulta muchísimo más entretenida.