24 May Tipos de jugadores menos acertados para un room escape
Aunque el escapismo no deja de ser una de diferentes posibilidades de actividades de ocio, tiene su aquel. No es, en absoluto una tarea sencilla y requiere de ciertas habilidades, tanto de maña como mentales. Sin embargo, la personalidad también tiene un papel crucial en nuestras aventuras y puede incluso hacer que aquel que consideramos más inteligente sea el peor entre los malos jugadores de un room escape.
Te contamos en qué consisten estas figuras de tipos de jugadores menos acertados para un room escape que pueden fastidiar la actividad tanto por el ambiente que se crea como por, simplemente, dificultar el avance.
Prototipos típicos jugadores «menos buenos» de un room escape
El enloquecido
No puede parar quieto y lo hace todo demasiado rápido. ¡Qué sí! ¡Que tenemos temporizador! Pero no es necesario ni conveniente actuar así.
Esa energía puede poner muy nervioso al resto, además de hacer que estés concentrado. Se crea mucha presión y ello conduce al estrés, lo cual impide que pensemos claramente y comencemos a actuar realizando acciones sin sentido.
Además, de esto, lo más probable es que el fitipaldi de turno no sea de lo más ordenado y metódico, lo cual influye en que todo estará continuamente revuelto, dificultando el trabajo de investigación y deducción.
El calmado
Es la figura contraria al anterior, pero aun así seguimos considerándolo uno de los malos jugadores de un room escape que podemos encontrar. ¿El motivo? El tiempo se os irá de las manos si confiáis en él puesto que no le importa estar a un minuto del final, no se va a poner las pilas, esté el enigma al comienzo, a la mitad o a puntito de ser resuelto.
Tenemos que destacar que, por supuesto, en este caso sí encontramos algo positivo: la calma y serenidad que puede contagiar al resto.
El saboteador
Un jugador muy activo pero pero que siempre piensa en sí mismo y no contribuye mucho a la puesta en común. Suele ser, o quiere ser siempre el primero en encontrar las pistas para tratar de resolver los acertijos antes que nadie se dé cuenta.
El problema es que una vez las encuentra, en vez de compartirlas con el equipo, las va repartiendo sin orden ni sentido por todo el escenario de manera que lo único que hace es dificultar el trabajo a todo el grupo. Lo peor de este tipo de jugadores es que no se dan cuenta del error…
El erre que erre
Insistente a más no poder. Os vendrá bien en algunas circunstancias y, sobre todo, como fuelle para animar al equipo.
Sin embargo, va a perder mucho tiempo cuando se emperre en algo porque siempre tiene que tener la razón, no importa que todos estéis en desacuerdo o incluso que las condiciones no se presten; lo que él dice va a misa y no dudará en invertir el tiempo necesario en hacerlo realidad, aunque sea incrustando las partes de un puzzle a martillazos.
Obviamente, es necesario que siempre se compruebe todo dos veces, por si nos hemos pasado algo por algo o simplemente por si hemos hecho un mal movimiento; no podemos descartar todo a la primera de cambio. Pero esto no, bonico, no seas tan cabezón y escucha lo que los demás tienen que decirte.
El dificultador
Es el defensor de las conspiraciones. Destaca por hacer difícil lo fácil y no al revés, tal y como debería ser en una sala de escapismo.
En todas partes va a ver pistas y enigmas, incluso en los elementos en los que ya de por sí se indica que no corresponden al juego, como extintores o la ropa del pobre game master.
Esta persona sencillamente no es capaz de diferenciar entre el juego y la realidad, lo cual hace que sus teorías sean cada vez más rocambolescas; ¡no te fíes! ¡No somos tan enrevesados!
Como se puede comprobar, estos son sin lugar a duda un claro ejemplo de malos jugadores de un room escape. ¿Se nos ha pasado alguno?
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